
A la hora de comprar una vivienda se tienen en cuenta múltiples factores: desde la propia situación financiera que determina el presupuesto mensual que se puede dedicar a esta operación inmobiliaria hasta las condiciones imprescindibles que debe reunir la casa, su ubicación, la documentación necesaria para cumplimentar el contrato…etc. Pero existen ciertos temas que pasan, de alguna manera, inadvertidos y juegan, sin embargo, un papel crucial en el bienestar del futuro hogar.
Uno de los aspectos que suele dejarse en un segundo plano, bien sea por ignorancia, dejadez o despiste, es la Comunidad. Precisamente el tipo de personas de las que se va a vivir rodeado es de gran relevancia ya que los vecinos forman parte, de una forma u otra, de nuestro día a día. Así pues, si la convivencia llegase a ser extremadamente complicada y conflictiva, podría acabar convirtiéndose en la razón principal para plantearse una mudanza. Y no es algo para nada deseable. Por este motivo se hace necesario investigar la calidad del vecindario y evitar, al menos a priori, potenciales problemas vecinales.
Para llevar a cabo este tipo de averiguaciones los expertos aconsejan pasar tiempo en el lugar. Es decir, mirar el vecindario con ojos críticos y no con las gafas de color de rosa de un turista. Hacer visitas en diferentes horarios, sin olvidar la noche y horas punta y hablar con los residentes locales para hacerse una idea de la disponibilidad, amabilidad y cordialidad que muestran. Un buen vecindario también habrá desarrollado hábitos convivenciales que faciliten la comunicación, por lo que, seguramente, ofrecerá actividades en común o eventos especiales para festividades.
Otra cuestión clave es la seguridad del entorno. A parte de prestar atención al paisaje acústico y verificar que no se trata de un espacio ruidoso, es importante constatar que la zona ofrece suficiente protección y tranquilidad. Esto se traduce en la presencia de una comisaría de policía local, en estadísticas de criminalidad bajas (cuya información suele obtenerse por medio de internet), ausencia de vandalismo, de pintadas y de zonas sospechosas…etc. Una buena estrategia consiste en caminar simplemente por las calles y observar el aspecto de las fachadas y edificios, la distribución y apariencia de las instalaciones locales, el ambiente que se respira…
Por último y no por ello menos interesante es el nivel de servicios que se prestan en el área. Una circunstancia que puede valorarse analizando la presencia de colegios, transporte público y privado, hospitales y centros de salud, espacios de estacionamiento, supermercados…etc. Y, en el caso de tener mascota, espacios de recreo específicos. Una vez más este tipo de matices sólo pueden descubrirse por medio de la experiencia. Esto es, presentándose en la ubicación de la futura vivienda y actuando como si ya se estuviera viviendo para, de este modo, apreciar esas pequeñas cosas cotidianas que hacen de un lugar un buen hogar.
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